miércoles, 4 de agosto de 2010

poema en espiral

Algún día volverás a llamarme
y como yo soy débil
y tu demasiado guapa, de nuevo caeré
y mis renovados propósitos de enmienda
bucearán una vez más en el cubo de la basura.
Pero a la mañana siguiente
dejaremos de besarnos y pronunciaremos
como una maquina de troquelado
el ritual que siempre nos decimos,
el maldito manual de instrucciones
que nos dicta la conciencia:
vestirse de buenas intenciones,
hablar de no engañar a tu chico o a mi chica
cuando quizá
en realidad
los engañados somos nosotros mismos.
Volveré a tirarle los tejos a la hermana de la primavera
y a masturbarme pensando en lo que
me hiciste anoche.
Nos portaremos bien,
seremos grandes personas
pero siempre sabremos que hay besos que no nos dará la fidelidad.
Todo será recuerdo, repetir las mismas preguntas
que sólo sabrá responder un silencio mineral,
un silencio que fermenta en la habitación.
Me recogeré las entrañas cada vez que se me escapen
por el hueco que dejaste en mi costado
pero cualquier día volveremos a vernos.
Tu te acercarás y se borrarán al resto de mujeres del bar.
Yo estaré recogiendo mis babas del suelo
y te diré algo que te mate de risa.
Entonces volverás a llamarme
y como yo soy débil
y tu demasiado guapa...

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