sábado, 27 de febrero de 2010

Todavía no doy con el mejor intento, de ser barbarie, de ser estrago, de ser el desorden, de ser el nombre que cause el caos en tu pecho. Todavía.

Todavía no consigo siete llaves, (Siete tengo yo, vos seguro el doble).

Todavía no hago arañazos certeros en tu alma, todavía, Todavía no tengo demasiadas fuerzas para darte guerra (eso creo), todavía.

Todavía no puedo volver a ser “el pendejito pendenciero” que te buscaba roña… hasta encontrarte, (si, definitivamente, para algo son buenas algunas distancias).

Todavía no se bien como nombrarte, ni siquiera se si me conviene esperar otro tanto de este mal juego. No, seguro, no conviene. (Que eficaz el miedo en estos casos).

Pero es un lindo lío; (Hermoso lío).

Todavía no doy con la mejor frase, con el truco, con la herida, todavía no logro conmover ni un minúsculo átomo en vos, todavía. Todavía no logro conmoverte… (Todavía no me buscas urgente, todavía).

Todavía sigo ensayando como clavarte alfileres con la mirada. Como asesinarte despacio. (Todavía no aguantaría que me mires tanto, sin dejarte… a mi lado).

Todavía sobre todo, aunque no aguante, sostengo, y ya ni se como, sostener este yelmo que me ahoga, (pero me mantiene en pie), y todavía guardo un lazo, alguna soga. (y varias rutas al precipicio de otras ropas).

Todavía sigo ensayando mi mejor acto, todavía.

Todavía, y por las dudas, te sigo huyendo, me sigo acobardando. (Yo quisiera ser hielo eterno, yo quisiera).

Todavía no se si tenés un sesgo de ternura en ese pecho, todavía.

(No te escucho los latidos mientras duermo, todavía).

Todavía no doy con el mejor intento de desesperarte de las ganas, de desarmarnos el amor, todavía.

Todavía no tengo las fuerzas para cargar otra cruz, todavía.

Por eso es mejor no acercarse demasiado, no sea cosa que me encuentres, solito y débil, sobreestimando la defensiva. Ahora que ando, herido, errático, asustado y loco. Ahora es mejor que no muerdas lo poco que sobra, no sea cosa, que ya no consiga dormirme sin tu boca.

Por eso es mejor no pasearse delante de las fieras cuando las heridas todavía sangran. Por eso, y otras tantas cosas… por ahora.

Todavía no doy con mi mejor intento, pero practico. Por las dudas, que algún milagro se caiga del cielo, o me devuelva algún favor el infierno.

Todavía esta no es una carta,

Quizá te la de el día que estrenes el amanecer conmigo.

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