domingo, 6 de diciembre de 2009

Imaginarla así,
ensombrecida por el tiempo,
parada bajo los puentes,
abiertas las palmas
de sus manos de estrellas.

Entonces: volver a imaginarla así,
casi tímida,
enemiga de sí misma,
casi un ángel,
con las alas extendidas.

Después, cuando alguien pregunte,
volver a imaginarla así,
casi un fantasma,
enferma de tristeza,
casi mitad de mi misma parte,
imaginarla desnuda.

Y cuando alguien guarde silencio,
y nuestra memoria sea sólo un recuerdo,
imaginarla así,
juntos, sin tiempo,
sin vida,
sin muerte,

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