jueves, 30 de abril de 2009

Noche arriba los dos con luna llena,yo me puse a llorar y tú reías.Tu desdén era un dios, las quejas míasmomentos y palomas en cadena.Noche abajo los dos. Cristal de pena,llorabas tú por hondas lejanías.Mi dolor era un grupo de agoníassobre tu débil corazón de arena.La aurora nos unió sobre la cama,las bocas puestas sobre el chorro heladode una sangre sin fin que se derrama.Y el sol entró por el balcón cerradoy el coral de la vida abrió su ramasobre mi corazón amortajado.

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