jueves, 30 de abril de 2009

Es domingo. El cielo gris que entreveo desde el sillón quiere llover, pero no llueve. Me resuenan las últimas palabras que el auricular ha dejado en mi oído: -“Eres fuerte - me dicen -eres tan fuerte... tú puedes con todo; quién pudiera “¿Quién pudiera? ¿Quién quiere? No sé cuándo, cómo, por qué o por quién fui fuerte un día, pero ya no quiero ¿Querer es poder? ¿Dejo de ser fuerte sólo por mi voluntad de no serlo ya? ¿Sabré? Quizás es como nadar o montar en bici y no lo olvidaré nunca. Repudio mi supuesta fortaleza, no la quiero, no acudán a ella, por favor, sólo es un trozo de recuerdo en un sillón, un domingo sin sol. Nada más .

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