martes, 24 de febrero de 2009

CARTA OXIMORA

Estimado Richard Garnier:

La soberbia es, ante todo, el peor de los males. Saber que uno lo tiene todo, y aún así, dejar pasar el tiempo. No comporta ésta carta un estilo a modo de hoxímoron, sólo pretende dar una explicación a ciertos actos necesarios.
Quiero, a modo de primera excusa, pedir disculpas por los actos que a continuación mencionaré: El hecho de que tú pienses que yo, pudiendo no ser uno más del montón, me esfuerzo por serlo y merecerlo. Conozco tu cariño hacía a mí, y sé que lo que dices es para bien. Ahora, desconozco qué causas me motivan a… digamos… no escucharte. Lamento ciertos roces que esto genera, pero como siempre te repito; tú no tratas entenderme. O sí, me entiendes pero no me comprendes. Lo mismo podría decir de mí, es cierto, y también es cierto que yo te quiero. Pero de ninguna manera ni lo uno ni lo otro está justificado.
Mi segunda excusa viene referida al comportamiento diario: sé que tú, a veces (todo el día), quieres hacer algo. Pensar, escribir, trabajar, actuar, en fin, hacer algo productivo. Te entiendo y sé que es lo razonable. Vuelvo a repetirte que esta carta no para justificarme, sino para tratar de entendernos un poco mejor; por eso te digo: los momentos tristes son las mas de la vida, así que si encuentras tu ratito de felicidad no lo dejes pasar. Después de caer en lo más hondo, unas horas de risa no vienen mal, te lo aseguro.
Empezando la tercera diré que la estética genera el mismo propósito que una mujer linda. Solo eso, estética. Que me pase tres horas sentado en una vereda no significa que no esté haciendo nada. Toma cada momento como bueno, que siempre se aprende algo. Y aprender sobre la vida, creo, no está tan mal.
Como cuarta y última excusa, sólo quiero pedirte perdón por todo lo antes escrito, y decirte, que te entiendo, y tú sabes que lo digo en serio. Sé cómo sufres, sé que estás guardado, esperando resurgir, volver a hacer el de antes, el que siempre fuiste. Te pido disculpas por todo esto, y te prometo que esto no durará mucho más. Todo tiene un propósito, y esto también lo tiene, lo fatal de la situación es desconocerlo.

Que sigas bien; desde aquí afuera, un fuerte abrazo.



Richard Garnier

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