martes, 18 de agosto de 2009

Ella no fue, entre todas, la más bella,pero me dio el amor más hondo y largo.Otras me amaron más; y, sin embargo,a ninguna la quise como a ella.Acaso fue porque la amé de lejos,como una estrella desde mi ventana...Y la estrella que brilla más lejananos parece que tiene más reflejos.Tuve su amor como una cosa ajenacomo una playa cada vez más sola,que únicamente guarda de la olauna humedad de sal sobre la arena.Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,como el agua en cántaro sediento,como un perfume que se fue en el vientoy que vuelve en el viento todavía.Me penetró su sed insatisfechacomo un arado sobre llanura,abriendo en su fugaz desgarradurala esperanza feliz de la cosecha.Ella fue lo cercano en lo remoto,pero llenaba todo lo vacío,como el viento en las velas del navío,como la luz en el espejo roto.Por eso aún pienso en la mujer aquella,la que me dio el amor más hondo y largo...Nunca fue mía. No era la más bella.Otras me amaron más... Y, sin embargo,a ninguna la quise como a ella.

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