Pretendí volver a las raíces del dilema, y me senté a dubitar sobre el fracaso y otros demonios que últimamente me acosan. No entendía si la vida era un laberinto o era yo quien se perdía dando cículos al asunto. Sin minotauro y sin laberinto, no hay más problema que el que uno mismo se crea, cuando por confiarse yerra. Y de equivocaciones peco, pero no soy asiduo a la religión de modo que, pecar por pecar, peca quien quiere pecar, quien es creyente. Y yo aquí, de un tiempo a esta parte, estoy confundido. ¿Peco acaso de incoherente, o no hay peor pecado que la coherencia en un mundo de incoherentes?
He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.
He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.
-Jorge Luis Borges-
No hay comentarios:
Publicar un comentario