Yo no quiero volver a caminar en dirección contraria a la belleza
ni que en mi mesa se sirva el agua amarga del conformismo
ni quiero desescombro.
Yo no quiero devolverle su oficio a la impaciencia
ni ponerle sordina a los errores.
Yo no quiero quedarme colgado de un mañana ya veremos
como quien espera en agosto un boomerang
que fue lanzado con el abrigo puesto.
Yo no quiero volver a presentarme a las elecciones de tu boca.
No me hace feliz el escaño de la incertidumbre.
No cuentes conmigo cuando se te pase por la cabeza
la idea de que lo importante es sentir mucho en lugar de querer bien.
Yo no quiero eso.
Así que, por favor,
no vuelvas a llamarme
No hay comentarios:
Publicar un comentario